15 de agosto de 1996, sale al mercado el primer teléfono móvil con capacidad de navegación por Internet, el Nokia 9000 Communicator. Este dispositivo contaba con la desorbitada cantidad de 8 MB totales. Orientado a un mercado profesional únicamente suponía una revolución hasta nuestros días, 20 años después, en el que casi todos tenemos un smartphone. Es la era del Internet of Things.
En estos 20 años han salido numerosos smartphones que nos hacen la vida más fácil o más complicada, según se mire, pero que forman parte de nuestro día a día.
Si esto nos parecía poco ya empieza a ser habitual que tengamos una Smart-tv, dispositivos wearables como pulseras de actividad, coches con conexión a Internet y nuevos componentes que en poco tiempo son o serán parte de nuestra vida domótica (carreteras, alumbrado, semáforos, cámaras, puertas de seguridad, etc.).
Implicaciones del IoT
Según numerosos estudios para el año 2020 se espera que haya entre 25 mil y 35 mil millones de dispositivos en el mundo Internet of Things (IoT) con una tasa de crecimiento anual de un 40%.
Estos dispositivos orientados al público en general, a empresas y a administraciones públicas ayudarán a tomar mejores decisiones gracias a los datos que generan y a la información que podemos extraer de ellos.
Negocios del Internet of Things
Los dispositivos IoT ya empiezan a estar asentados en los negocios tradicionales como se muestra en la siguiente imagen, y lo estarán en pocos años en negocios que hoy todavía ni existen.
Datos – Big Data
El contar con tantos dispositivos que generan y consumen datos aportará a cada negocio y al usuario final múltiples detalles sobre los mismos como los siguientes:
- Número de vehículos que circulan por una zona haciendo uso de sensores de semáforos
- Niveles de contaminación gracias a los sensores de concentración de aire
- Número de farolas que necesitan revisión gracias a los sensores en bombillas o puntos de luz.
A priori podríamos pensar en montar modelos basados en bases de datos relacionales, ir guardando datos y luego procesarlos de manera tradicional, pero eso sería inviable por las tres características que tienen los datos Big Data: Volumen, Velocidad y Variedad.
Para manejar la cantidad de datos generada, la frecuencia con la que se crean y los diferentes formatos necesitamos crear modelos basados en Big Data.
Pongamos como ejemplo un avión bimotor Boeing 737. Este tipo de avión genera 20 TB de datos por hora sobre el funcionamiento. Teniendo en cuenta que tiene 2 motores estaríamos hablando de 40 TB de datos por hora de vuelo. Si a esto añadimos la medición de un vuelo de 6 horas de Nueva York a Los Ángeles y contamos con unos 28000 vuelos que cruzan EE.UU. cada día nos encontramos con que tenemos el siguiente volumen de datos diario:
6.720.000 TB
Multiplicando este dato por los 365 días del año, en 2016 son 366 nos da el siguiente resultado:
2.459.520.000 TB = 2.459.520 PB = 2.459,52 EB = 2,4595 ZB
Como vemos estaríamos hablando de una cantidad de datos de 2,4595 Zettabytes anuales sólo con lo extraído de los sensores de cada avión Boeing 737. Pensemos en la cantidad de modelos de avión que hay, el número de vuelos a nivel mundial y sólo estaremos viendo los datos generados por vuelos de avión. Añadamos posteriormente sensores climáticos, de edificios, de industria, de salud, etc., etc.
Conclusión
El mundo Internet of Things nos proporciona numerosos productos (Things) que nos ayudan en nuestra vida diaria, pero plantear este tipo de proyectos nos obliga a contar con necesidades de almacenamiento, tratamiento y análisis de datos no vistos hasta ahora.
Como dijo Nikola Tesla en 1926, inventor, ingeniero eléctrico y mecánico, físico y reconocido por el diseño del sistema de suministro de electricidad con corriente alterna (AC), “Cuando el Wireless esté perfectamente aplicado en toda la Tierra nos convertiremos en un gran cerebro, seremos capaces de comunicarnos con otros de manera instantánea, sin importarnos la distancia y con instrumentos que podremos llevar en nuestros bolsillos”.